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Roque Mesa presume tener «una mentalidad de gladiador», desde que empezó a jugar al fútbol en La Garita, un barrio en el municipio ... Telde, en Las Palmas de Gran Canaria. A sus 32 años, y después de militar las últimas seis campañas en la élite, el mediocentro se encuentra «feliz» en Valladolid y con ganas de celebrar un ascenso a la máxima categoría, como ya hizo en el verano de 2015 con Las Palmas. Protagonista en el campo y siempre con una visión vertical sobre el césped, Roque Mesa se encuentra en un plano de estabilidad personal que le ayuda a rendir mejor. «La verdad es que estoy muy feliz aquí», explica. «No solo en el campo, también fuera. Cuando esto sucede y estás bien en tu entorno, con todo lo que está pasando, lo transmites dentro. El grupo que hay en el Real Valladolid también es magnífico. Esa es otra clave. Tengo ganas de seguir sumando, aportando y ayudando. Intento hacer lo que me piden para ganar los máximos partidos posibles», añade el centrocampista.
Una de las preguntas recurrentes a cualquier futbolista que pasa por la sala de prensa de Zorrilla tiene que ver con sus preferencias para encajar en los dos dibujos tácticos que ha empleado Pacheta este curso: el 3-5-2 inicial o el 4-4-2 que despliega ahora el Real Valladolid. Roque Mesa no alberga dudas sobre qué esquema encaja mejor con sus características... y con las colectivas. «Yo soy un poquito tradicional. Prefiero el sistema en el que estamos ahora mismo, un 4-4-2 clásico. Todos los futbolistas hemos crecido con él. Desde que uno empieza a jugar al fútbol conoce esa fofmación a la perfección. Entiendo que el fútbol evoluciona y que hay otras formaciones, pero cuando hay tanto cambio lo bueno es hacer lo que todos conocemos: un 4-4-2, donde cada uno sabe lo que tiene que hacer en su posición. Defender los que tenemos que defender y atacar los que tenemos que atacar. Creo que no hay más». Con este dibujo, Roque Mesa ve al equipo más liberado para aplicar la idea de «ir hacia adelante», una tarea a la que siempre se encomienda cuando recibe la pelota. «Nuestra exigencia es ir a por los partidos, marcar goles y ganarlos», subraya.
La novedad en los dos últimos partidos, más allá del esquema, tiene que ver con la presencia en la medular de dos centrocampistas de corte creativo: Roque Mesa ha encontrado un nuevo compañero en Álvaro Aguado y los dos se sienten cómodos en la sala de máquinas, aunque a Mesa le toque más ejercer de ancla. «El míster decide quién pone en el campo. Yo estoy cómodo con todos. Ahora el míster apuesta por mí y por Aguado, un chaval al que le encanta la pelota, ir a buscarla y tiene mucha personalidad. No la pierde. Para cualquier compañero que juegue con él es un alivio tenerlo. Posee unas condiciones muy buenas. Es joven y, aunque yo sea más veterano, aprendo de él. A veces me pide consejos y yo le digo que juegue, que disfrute y que haga lo que quiera en el campo porque tiene las condiciones. Intento mantener más la posición cuando estoy con él, para que se libere un poco y haga jugar al equipo. Para eso tiene unas condiciones y una calidad innata».
Roque Mesa lidera al Real Valladolid en asistencias en este inicio liguero, con dos pases de gol y no desdeña la posibilidad de lanzar a portería si tiene ocasión. El conjunto blanquivioleta aún está en fase de crecimiento, según explica el canario, ya que «falta por conseguir solidez como grupo, tanto en ataque como defensivamente». «Creo que el equipo tiene que dar mucho más y lo veremos cuando estemos todos en condiciones y sanos porque la competencia será mayor. No hemos llegado a nuestro punto más alto. El comienzo ha sido bastante atípico porque hemos cambiado de formación y aún nos estamos adaptando. Aun así, somos exigentes y sabemos el objetivo que tenemos. Queremos ganar en cada partido y estar entre los primeros».
El mediocentro se retiró durante el último partido ante la Ponferradina, donde sufrió duras entradas de los futbolistas rivales que le causaron una hinchazón creciente en el tobillo. «Pensé que me rompería el sóleo o el gemelo y pedí el cambio por precaución. Al final, me dijeron que no era tan grave, aunque tengo la zona dolorida de una patada anterior. Creo que podré jugar perfectamente para el partido del viernes ante el Málaga».
Las lesiones aparecen como uno de los factores que lastran al Real Valladolid en este inicio de campaña y por eso se aplican protocolos para que los futbolistas con molestias no se acaben rompiendo. «El cuerpo médico y el cuerpo técnico toman esas precauciones. Es verdad que no tenemos mucha suerte con los lesionados, los centrales, la pretemporada atípica que hicimos por el covid... Es normal que se tomen precauciones. Hay jugadores que están bien, pero que trabajan al margen por una u otra molestia para llegar en óptimas condiciones al siguiente partido».
Roque Mesa pensó en el césped de El Toralín que los jugadores de la Ponferradina le buscaban deliberadamente. «La percepción que tenía dentro es que iban a hacerme daño y de ahí mi enfado. Entiendo que el árbitro tiene que parar ese tipo de situaciones. Sé que es difícil porque él interpreta una cosa y los jugadores otras. Luego, viendo la jugada en la tele, entiendo que el rival va a parar la jugada y no a hacerme daño. Mi percepción en el campo era otra y por eso salté. Fue una circunstancia del partido. Entiendo esto como un deporte de contacto, donde habrá patadas, en Segunda, pero creo que el árbitro también debe pararlo».
El medio grancanario subraya que prefiere no pensar en «conspiraciones arbitrales» contra el Real Valladolid cuando se le pregunta por el hecho de los cuatro penaltis señalados en contra en las cuatro últimas salidas. «Son decisiones que toman. A veces te perjudican y a veces te favorecen. Puede ser que últimamente no nos estén favoreciendo, pero esto cambia de un partido para otro. No quiero creer en conspiraciones. Los árbitros también tienen un trabajo bastante complicado y también debemos ayudarles desde fuera ».
Para Roque Mesa la vuelta completa de la afición del Real Valladolid a los estadios sirve de estímulo para los futbolistas, como se vio en Ponferrada, en el primer viaje de seguidores tras el inicio de la pandemia. «El recibimiento contra el Alcorcón ya fue muy bueno, aunque veníamos de tres derrotas. Eso continuó en Ponferrada, donde había mucha gente de Pucela. Se nota su cariño. Para tener a la gente enchufada, nosotros tenemos que darles. En los últimos partidos se está viendo que afición y equipo estamos unidos».
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